La sostenibilidad consiste en satisfacer nuestras necesidades del presente y buscar el desarrollo de nuestra sociedad sin agotar los recursos, sin comprometer nuestro futuro. Habrás oído hablar de las tres dimensiones de la sostenibilidad. ¿Qué significa esta triple dimensión?
Dividimos las acciones relacionadas con la sostenibilidad en tres grandes áreas: la ambiental, la económica y la social. Las tres están muy relacionadas entre sí.
Sostenibilidad ambiental
Cuando hablamos de sostenibilidad y de desarrollo sostenible, la dimensión es la primera que se nos viene a la mente. La contaminación, la mala gestión de los recursos naturales y la falta de concienciación ponen el riesgo la salud de nuestro planeta Tierra.
Está claro que son necesarios muchos cambios a nivel global para mitigar las repercusiones negativas de tantos años de haber mirado únicamente por el desarrollo económico, sin tener en cuenta la supervivencia de los recursos naturales. Aún así, es importante que nosotros, desde casa, desde Enguera, colaboremos en la sostenibilidad ambiental poniendo nuestro granito de arena.
Separar y depositar correctamente en los contenedores de reciclaje los residuos que generamos en casa es una muy buena manera de contribuir a la sostenibilidad ambiental. Igual que intentar no malgastar agua y energía. Estos recursos no son infinitos… por tanto, reducir su despilfarro ayuda a nuestro planeta a darse un respiro.
Sostenibilidad económica
Históricamente, en los últimos siglos se ha seguido un modelo económico mundial que se considera lineal. En este modelo económico lineal los recursos naturales son extraídos para utilizarse como materia prima y, cuando acaba la vida útil de los productos fabricados, simplemente se desechan. La globalización ha añadido otro problema a este modelo económico: la necesidad de transportar los productos finalizados hace que, además de la contaminación derivada de la producción, se sume la contaminación producida por los barcos, los aviones y los camiones de transporte.
En este contexto nace un nuevo modelo que apuesta por la sostenibilidad: la economía circular. En la economía circular se intenta utilizar materiales reciclados y fácilmente reciclables como materias primas (de ahí, la importancia de separar y reciclar en casa). Además, se apuesta por la fabricación de productos con una vida útil más larga, que pueden reutilizarse y pueden reconvertirse en otros productos de manera sencilla. Otra de las características de la economía circular es el peso del producto local. Vender los productos a poca distancia de donde son fabricados abarata los costes de transporte y evita la contaminación que puede provocar.
Nosotros, como consumidores, tenemos la responsabilidad de apostar por alimentos, productos y servicios de proximidad. Sabemos que pedir un producto por internet fabricado en algún país de Asia y tenerlo en la puerta de casa en unos días es muy cómodo, pero es importante no olvidar la importancia de los comercios de nuestro alrededor. La calidad, la cercanía y la facilidad de los negocios de nuestros vecinos y vecinas son muy valiosas.
Sostenibilidad social
Hemos visto lo que significa la sostenibilidad ambiental y económica. La tercera dimensión, la social, es lo que nosotros podemos hacer para conseguir las dos anteriores y mucho más. La sostenibilidad social se define como la búsqueda, como sociedad, de un equilibrio entre el crecimiento económico, la equidad social y el mantenimiento del medioambiente. Relacionarnos con nuestros vecinos y vecinas desde el respeto y desde la voluntad de construir un futuro mejor es el mejor primer paso que podemos dar hacia la sostenibilidad social. Una sociedad más cívica y más solidaria que defiende junta sus derechos y los derechos de los que vendrán. Sostenibilidad social es vivir en paz, tener acceso a una sanidad y a una educación de calidad, poder vivir en un mundo igualitario sin sufrir ningún tipo de desigualdad.